La Selección Mexicana volvió a decepcionar en sus preparativos para el Mundial 2026 al empatar sin goles (0-0) frente a Uruguay, en un amistoso disputado en el Estadio TSM Corona. Más allá del resultado, lo que resaltó fue la punzante distancia entre la afición y el equipo nacional, una brecha que parece crecer con cada tropiezo.
Falta de contundencia y un sabor amargo para el Tri
El partido fue un reflejo de las preocupaciones que persiguen al Tricolor en esta etapa: un ataque sin chispa y una ineficacia notoria al momento de definir. Según el análisis de especialistas, el equipo no logró aprovechar sus oportunidades y careció de claridad ofensiva.
Aunque hubo mejoras en el aspecto defensivo —México no recibió gol por primera vez en tres partidos recientes—, la falta de gol pesa demasiado para una selección que se prepara para la justa mundialista.
El joven Gilberto Mora, de apenas 17 años, fue una de las pocas luces en el ataque azteca. Entró tras la lesión de Hirving “Chucky” Lozano y tuvo una opción muy clara al final, pero falló desde dentro del área. Por su parte, el portero Raúl “Tala” Rangel aguantó bajo presión, pero no logró ganarse el apoyo completo del público.
Afición mexicana reacciona con abucheos y críticas
Los seguidores que asistieron al estadio en Torreón dejaron claro su descontento: al silbatazo final, se escucharon abucheos para el equipo y cánticos de “¡Fuera Vasco!” en alusión al director técnico Javier Aguirre. Además, algunos fanáticos dirigieron insultos al portero Rangel, en parte motivados por la expectativa de ver a Carlos Acevedo bajo los tres palos.
Esta tensión no se quedó en el público: jugadores también respondieron. Raúl Jiménez, delantero del Tri, fue directo al declarar que le da “tristeza” que su propio equipo reciba ese tipo de silbidos en casa. Señaló que el ambiente hostil podría ser una de las razones por las que muchos partidos se realizan en Estados Unidos.
Por su parte, el capitán Edson Álvarez fue captado con un tono sarcástico al decir “qué bueno que jugamos en casa”, aludiendo al contraste entre el escenario local y el recibimiento de la afición.
¿El fondo del problema? Un ciclo sin victorias
Con este empate, México acumula ya cinco partidos sin conocer la victoria desde su triunfo en la final de la Copa Oro 2025: cuatro empates y una derrota. Esa racha preocupa, especialmente en un contexto de preparación para el Mundial, donde el equipo necesita mostrar solidez y carácter.
Los expertos coinciden en que, aunque el Tri tuvo momentos de orden defensivo, su dependencia de individualidades —como Jiménez— y su incapacidad para traducir la posesión en llegadas claras siguen siendo sus principales sombras.
El reto que viene para el Tri antes del Mundial
Más allá del resultado, este partido sirvió para evidenciar un problema estructural para la Selección Mexicana: la pérdida de conexión con su propia afición. El desencanto se ha vuelto habitual y las voces críticas resuenan con fuerza, tanto en la grada como en el vestidor.
Con el Mundial 2026 más cerca, el Tri no solo debe corregir sus fallas futbolísticas, sino también reconquistar a su público. No solo se juegan partidos preparatorios: se juega la confianza de una nación.
