Zak Brown asegura que la filosofía de “papaya rules” del equipo no cambiará, pero en Mclaren temen que se repita 2007
El CEO de McLaren, Zak Brown, ha admitido que la intensa batalla por el título entre sus dos pilotos, Oscar Piastri y Lando Norris, podría terminar de la misma forma que la rivalidad de Fernando Alonso y Lewis Hamilton en 2007. A pesar del riesgo, Brown mantiene su filosofía de que “las reglas son para el equipo”, donde ambos pilotos tienen libertad para competir entre sí sin perjudicar a la escudería. Con tan solo nueve puntos de diferencia en la tabla de posiciones, el australiano y el británico han demostrado que no dejarán ir el campeonato de la Formula 1 fácilmente.
La filosofía del equipo se ha mantenido en pie a pesar de algunos momentos tensos, como la colisión en el Gran Premio de Canadá y algunos roces en Austria y Hungría. El incidente de Montreal fue resuelto rápidamente, con Norris asumiendo la responsabilidad públicamente. Esto contrasta enormemente con la temporada 2007, donde la rivalidad de Alonso y Hamilton se desbordó dentro y fuera de la pista, lo que finalmente les costó el campeonato, que terminó en manos de Kimi Räikkönen.
Brown comentó que la posibilidad de repetir el error de 2007 no es imposible. “Reconocemos que las consecuencias de eso podrían ser 2007. Tienes a dos pilotos que empatan y pierden contra Kimi por un punto”, afirmó. El directivo también añadió que, a pesar de las consecuencias, McLaren no favorecerá a uno u otro. La mentalidad de Brown es que tratar a los pilotos de forma igualitaria es la única manera de evitar que uno de ellos quiera abandonar el equipo, lo que podría comprometer el campeonato de constructores.
Sin embargo, Brown también señaló las diferencias entre la batalla actual y la de hace 18 años. En 2007, Alonso era un bicampeón consolidado y Hamilton un rookie, por lo que las expectativas eran muy distintas. Hoy, Norris compite en su séptima temporada, pero Piastri, que está en su tercera, ya es un veterano para la escudería. “Ambos pueden oler el campeonato, y solo uno puede ganarlo”, dijo Brown, reconociendo que la tensión crecerá a medida que avance la temporada.
La confianza de Brown en que la relación de sus pilotos no se deteriorará se basa en la comunicación, la confianza y el respeto mutuo que se tienen. “No creo que se peleen de verdad”, dijo el CEO, explicando que la escudería aborda los posibles problemas de frente y de manera transparente. “No es un elefante en la habitación. Hablamos de ello”. Brown concluyó que, a pesar de anticipar más “intercambios de pintura” entre sus pilotos, está seguro de que no serán intencionales, lo que es la clave para que la rivalidad se mantenga sana y no se convierta en “mala sangre”.