El luchador y leyenda de Triple A, el Vampiro Canadiense, se retiró de los encordados y comenzará una nueva etapa de podcast, música y comics.
La edición número 32 de TripleMania marcó un antes y un después en la vida de Ian Hodgkinson, mejor conocido en los encordados como el Vampiro Canadiense. Tras 40 años en el mundo del pancracio, el Vampiro ha decidido colgar las botas y para ello tuvo una noche especial, pues en su última lucha en la Ciudad de México tuvo que enfrentar a viejos rivales como Chessma, el Pirata Morgan, el mísmisimo Don Carmelo Reyes, conocido en el ring como Cien Caras, y terminó con Ricky Banderas ‘EL Mesias’, dentro de un ataúd.
El Vampiro está por finalizar su gira de despedida, y aunque su etapa dentro del ring llegará a su fin, Ian aún tiene bastantes proyectos en su camino, y tanta es su concentración en ellos, que cuando se le preguntó sobre un posible regreso a la lucha, su respuesta fue un rotundo no: “Ya terminó. Es de mucho ego el decir que un día voy a llegar a Triple A en mi vida, pero no. Ya estuvo”.
Además, tendrá su propia historiata la cual saldrá a la luz en octubre, en donde contarán sus hazañas ante hechos paranormales y todo con el poder de la música, pues dejó bien en claro que dicha historieta no incluirá nada relacionado a los encordados ni a compañeros enmascarados. También anunció que su ‘Vampiro Podcast’ comenzará con transmiciones en vivo, así como le darán un espacio en Grita Radio para dar exposición a la música que él tanto disfruta.
En la vida de Hodkingson no todo ha sido fácil, pues fue diagnosticado con artritis crónica, lo que complica su andar. Sin embargo, nunca ha dejado de luchar tanto dentro como fuera del ring: “Estaba en el peor momento de mi vida, con depresión, sin saber que iba a hacer de mi vida; no sé si iba a sobrevivir, estaba mal. Me invitaron a un evento de Lucha a firmar autógrafos, yo estaba muy negativo pero ocupaba la feria, entonces me fui pero muy mamón, peor que nunca”, comenzó
“Cuando salí del elevador, estaba esta mujer esperándome con las manos en la cintura; nunca en mi vida conocí el amor, me dijo la mujer que yo llegue a su mente, y estaba esperándome. Era como una señal de dios que íbamos a estar juntos. Desde ahí, ella me enseñó a recibir amor, y gracias a eso, salvó mi vida, cambió mi forma de ver todo porque ya por fin puedo estar contento con quien soy”, expresó.
