Después de años de entrega y dirección de Toni Kross en el futbol mundial, el mediocampista decidió darle fin a su carrera después de la próxima Eurocopa, dejando un hueco enorme en el Real Madrid, equipo dónde marcó una época y se volvió pieza fundamental para que el conjunto merengue mantuviera su lugar como el más grande de Europa.
Kroos llegó en 2014 para formar parte de un tridente que dominó el futbol en las grandes ligas, un alemán meticuloso, inteligente y con gran visión fue la pieza perfecta que junto a Luka Modric y Casemiro terminaron por crear el puente perfecto entre el Real Madrid y los títulos más importantes del mundo.
Toni Kroos podría alcanzar su sexta Champions League el próximo sábado 1 de junio, cuando el Real Madrid se enfrente al Borussia Dortmund en Wembley; en caso de lograrlo, se convertiría en uno de los futbolistas con más orejonas en la historia.
La filosofía del club fue captada perfectamente por el jugador, entendiendo que el ADN madridista necesita ganar; 22 campeonatos consiguió en el conjunto merengue en 10 años, entre los que destacan las tres Champions League consecutivas que bajó las órdenes de Zinedine Zidane.
Kroos se convirtió en el motor del equipo, nunca bajando los brazos, encontrando los huecos por dónde solo él podía encontrar al compañero, dirigiendo los movimientos de los elementos dentro del terreno de juego para encontrar la oportunidad perfecta para ofender. Habló demasiado dentro del terreno de juego mientras que fuera era nula, sin polémicas, sin sobresaltos.
Toni Kroos aún tiene un compromiso pendiente con el Real Madrid y, posteriormente, disputará la Eurocopa con Alemania en su hogar; una vez que su participación termine el teutón colgará los botines y dejara el balompié en un momento donde el público pensaba que podía ofrecer más, pero él decidió irse en uno de sus mejores momentos y en una ocasión especial.