Luchadora dentro y fuera del ring, Sanely habló sobre cuánto le costó llegar a donde está, y cómo fue “vivir” en la Arena México.
“Arriba del ring, soy técnica; abajo soy una ruda de closet”, comenzó la amazona, quien es hija de la leyenda de la lucha libre en México, Mano Negra; luchador enmascarado que debutó en 1971 y tuvo su última batalla en la Catedral de la Lucha en 2019.
“Sanely llegó aquí desde que tengo uso de razón; soy integrante de una dinastía de luchadores, soy la tercera generación: Mi abuelo, El Rebelde; Mano Negra, mi papá; Mi hermano, Mano Negra Jr, y ahorita hay cuarta generación ya con los nietos”.
Al tener familia luchadora, pasó gran parte de su infancia en este recinto que cumple 68 años en el mes de abril. “Yo crecí aquí (en la Arena México). En esas butacas yo hacía mi tarea, yo estudiaba, yo comía, yo medio dormía, y cuando terminaba la lucha, mi zona de recreo era el ring sagrado. Yo subía a luchar, a jugar luchitas”, recuerda con emoción.
“A los 14 años le dije a mi papá: ¿Sabes qué? Quiero luchar. Por supuesto mi papá me dijo: No, estás loca”.
Sanely, Amazona del CMLL
“Obviamente un deporte con alto riesgo, donde tienes muchos sacrificios, muchas lesiones; no quieres que tu hija lo padezca. Ahí es donde fuí ruda de closet, en lugar de ponerme bien ruda y yo quiero ser luchadora, pues fui una hija obediente; me puse a estudiar, termine mi carrera, soy psicologa, le entregué mi título y le dije: Ahora sí, ya puedo hacer lo que yo quiera. Ya no pudo decir que no”, relata sobre cómo logró convencer a su padre de permitirle prácticar Lucha Libre.
Cuando comenzó a entrenar, Black Warrior fue el encargado de enseñarle lo básico. Después, y sin querer tomar ventaja de quien era su padre, se inscribió a la escuela del Consejo para practicar el deporte que ama:
“El CMLL tiene una escuela de lucha libre, me inscribí como cualquiera puede hacerlo. No por el hecho de ser hija de, nieta de, que mi papá aparte trabajaba aquí, me iba a saltar esos pasos. Pagaba mi inscripción y me venía a mis clases con el profesor Arturo Beristain, posteriormente me mandan con el profesor Shocker. Yo, con todas las profesionales, fasinada. Posteriormente me cambian con el profesor Ultimo Guerrero, que en la actualidad es mi profesor”, relata con nostalgia.
Su debut profesional fue un 12 de diciembre, el día del cumpleaños de su sobrino; celebración a la que no llegó pues era hora de cumplir lo que siempre soñó. “Veintitantos años soñando con esto, mi sueño siempre fue, yo en las butacas de la Arena, yo quiero ser luchadora profesional del Consejo Mundial de Lucha Libre y bajar por esa pasarela. Me lo propuse, dije este es mi sueño y no me puedo morir hasta no hacerlo”.
El debut no era suficiente, pues este fue en Puebla, aún faltaba por cumplír el objetivo principal. “Por fin, el 31 de julio del 2016 pisé el ring sagrado de la Arena México, bajé por la pasarela en una campal y fui la mujer más feliz. Todo mundo me pregunta: ¿Cuál es el sueño? Mi sueño lo estoy viviendo, pisar el ring sagrado de la Arena México”.