En una noche de dramatismo puro, los Pumas lograron lo que parecía improbable: clasificarse al Play-In en la última jornada del Apertura 2025, tras vencer 3-2 a Cruz Azul en el Estadio Cuauhtémoc. El resultado no solo les dio vida en la fase final, sino que también reivindicó el trabajo de Efraín Juárez.
La temporada de Pumas fue irregular. Con apenas cinco victorias en 17 jornadas y un rendimiento defensivo cuestionado, el equipo parecía condenado a quedar fuera de toda posibilidad. Sin embargo, el cuadro universitario logró vencer a Cruz Azul en la última jornada, con polémica incluida.
Durante gran parte del torneo, el equipo universitario navegó sin rumbo claro. Juárez, quien asumió el cargo con la promesa de revitalizar el proyecto deportivo, ofreció más dudas que certezas. Su gestión estuvo marcada por alineaciones inconsistentes, decisiones tácticas cuestionables y una evidente falta de cohesión en el grupo.
Efraín Juárez podrá argumentar que cumplió el objetivo mínimo, pero en el contexto de un club grande como Pumas, eso no basta. La gestión técnica debe medirse por la capacidad de competir con identidad, de formar un equipo reconocible y de generar confianza en el proyecto. Nada de eso ocurrió en el Apertura 2025.
La clasificación al Play-In, aunque celebrada, no borra los errores acumulados. Si Juárez quiere consolidarse como técnico de Pumas, deberá demostrar mucho más que una reacción tardía. Ahora, tiene la oportunidad de reivindicarse en el duelo del repechaje para avanzar a la liguilla directa.